La solitud es el estado deseado y placentero de estar a gusto con uno mismo, un aislamiento voluntario y positivo que permite la reflexión, la conexión interior y la creatividad, a diferencia de la soledad, que es la carencia de compañía y a menudo se siente negativamente. Es un espacio de libertad para habitarse a uno mismo, esencial para el bienestar emocional y las relaciones sanas, y se cultiva activamente para fortalecer la autonomía.
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